LA INUTILIDAD DE LA MASONERIA
LA INUTILIDAD DE LA MASONERIA
La vida nos parece muchas veces rutinaria y escasa de sentido, es muy poco el tiempo que dedicamos a nosotros mismos, cuando somos jóvenes, las pasiones y la inexperiencia, la falta de madurez nos llevan a no ser eficientes con ese preciado recurso, eso nos lleva a emplearlo en cosas muchas veces vanas, que nos agregan poco valor interiormente, dedicamos muy poco tiempo a nosotros mismos a crecer en el interior, a conocernos, hasta que un día se nos abre el Camino de la Masonería, algunos antes, otros después, otros en su debido momento, pero somos ese grupo pequeño distinguido que en las tinieblas, deseo ver la luz.
Quienes estamos en logia es porque aceptamos y decidimos seguir ese Camino, pese a su inutilidad.
La vida la vemos escasa de sentido porque el sentido nace del equilibrio entre lo útil y lo inútil. Cuando no estamos creando, nos sentimos inútiles. Cuando no estamos adquiriendo conocimientos, nos sentimos inútiles.
Si creamos, nos sentimos útiles. Si aprendemos, nos sentimos útiles. En la Masonería no creamos, a veces sólo estamos estáticos, a la expectativa, porque esa razón de estar no produce una razón de cambio física, un trabajo o transformación, como estamos acostumbrados a ver en el mundo material, en la vida profana.
La Masonería es nuestro opuesto vital. Rompe la normalidad, nuestra rutina. Olvidamos con frecuencia que lo opuesto es necesario, porque es atractivo. La Masonería, por muchas razones, es atractiva. Siempre lo ha sido y lo seguirá siendo. Negamos lo inútil porque nos parece vano. Nos da más satisfacción el trabajar, nos da más deleite el crear, porque enaltece a nuestro ego. Entonces negamos lo que nos parece inútil, Y si negamos lo inútil, no habría utilidad en el mundo.
Si negamos lo inútil, a la vez estaremos negando lo lúdico, lo divertido, lo que en verdad nos satisface. Pero estamos programados de antemano por una sociedad que da por hecho y nos obliga a asumir que lo fácil, es lo incorrecto y que todo lo que es difícil es la vía correcta.
No queremos creer que cuando hacemos algo inútil es cuando en verdad somos nosotros mismos, cuando aflora nuestro verdadero YO. Empleamos nuestro tiempo en cosas inútiles y es en ese preciso y precioso instante cuando en realidad somos. Los necios sólo saben darle a su tiempo un único uso: transformarlo en más y más dinero.
Bien lo decía el Maestro Yeshua.
“De que le sirve al hombre ganar el mundo entero? Si se pierde así mismo?”
Platicad con un necio con alguien materialista, con quien solo vive en la banalidad de su mundo externo: todo de lo que sabe hablar es de dinero de materialismo de vanidad, de presumir la etiqueta del éxito por medio de marcas, por medio de símbolos que no hablan más que de quien es tu amo y a quien entregas tu valor de ser, de cómo ganar todo eso, como ahorrarlo, como gastarlo. Y nos abrumará también con sus consejos que apelan a que sigamos sus mismos pasos, para hacer de nuestra vida un “éxito”, para hacerla según el útil, y exitosa.
Cuando el mundo se hace demasiado utilitario, creamos muchas cosas, poseemos muchas cosas, nos obsesionamos con ellas. Pero al mismo tiempo, perdemos lo interno, porque lo interno sólo puede florecer cuando no existen tensiones externas, cuando no se va a ninguna parte. Cuando nos distraemos, cuando dejamos de lado la careta del empleado, del jefe, del padre, del hijo, del profesionista; cuando dejamos de lado todo eso, somos en realidad nosotros mismos.
Hemos eliminado todas las actividades recreativas, pensando que toda nuestra energía se debe volcar en el trabajo, porque nos lo han enseñado, porque es un Deber-ser. Nos han programado y re-programado para ello. “Haz algo útil” nos dicen. Y hacer algo útil es trabajar, escalar posiciones, realizar un curso, atesorar riquezas materiales, todo aquello que nos reporta beneficios materiales, el problema es que el equilibrio, no se está dando, y resulta que nos olvidarnos a nosotros mismos. Le dedicamos tanto tiempo a hacer lo útil, que nos olvidamos de lo inútil, de aquello que nos pone en contacto con nuestro YO.
La Inutilidad significa disfrutar de algo sin extraerle un beneficio de ello, sólo aprovechar el momento que se nos abre, ser como en realidad somos. Ese es el primer paso que hemos de dar. Somos Buscadores. Venimos a la logia a buscarnos a nosotros mismos sin hacer nada útil, sino algo verdaderamente inútil a ojos de Los Otros.
Porque no lo comprenden. Se niegan a entenderlo. Los Otros, creen que al hombre le basta trabajar, dormir, comer, cumplir como esposo, padre o hijo, y a veces divertirse sólo en el papel de espectador, nunca como ejecutor (ver televisión, ir al cine, asistir a algún evento cultural o deportivo). No nos divertimos por nosotros mismos, dejamos siempre que alguien más nos divierta y creemos que así somos felices, que al reírnos de las gracias de otro estaremos satisfechos. La sociedad nos impone, incluso, las normas y los elementos para divertirnos y nos han condicionado para ejecutarlas. Sin embargo conocemos la fraternidad al ser nosotros, y en la hermandad ser como realmente somos.
La Masonería es inútil porque no obtenemos dinero por hacerla, no sacamos ningún provecho utilitario. Sólo SOMOS en ella.
La Masonería es inútil porque en ella o a través de ella no creamos nada útil, física o materialmente hablando. La Masonería es inútil porque la disfrutamos sin máscaras o actuaciones “aceptadas” por los demás.
La Masonería es inútil porque no nos otorga diploma alguno por nuestros conocimientos que podamos anexar a nuestro currículo vitae o a las solicitudes de empleo.
La Masonería es inútil porque no nos da en sí misma un trabajo que nos reditúe en ganancias económicas.
La Masonería es inútil porque no nos obliga a nada. Ni al éxito, ni al fracaso. No hay recompensas que nos exalten ni castigos que nos lastimen.
La Masonería es inútil.
Y por eso mismo, es verdaderamente hermosa y sublime.